domingo, 19 de diciembre de 2010

Los lunes al sol y el resto de la vida a la penumbra

Bardem para mí es siempre un placer y como no en esta película tan adecuada a la temática de mi blog. No importa el lugar , ni tan siquiera el motivo, el resultado es parecido y es lo que es, sin más.Los personajes y con ellos los protagonistas de las largas listas del paro no ven más allá de la cola, pues ese futuro no les presenta ninguna solución ni tan siquiera un nuevo trabajo ya que el resultado es una pirámide de naipes en la que cuando empujas una , caen todas, sin excepción.Ellos, ellas tienen más tiempos, también más vacios y ¿qué pueden hacer si les interpretamos como los expatriados, como si no supieran trabajar, o como si fueran los autores de la sexta guerra mundial cuando en realidad sobran en la pirámide laboral? Por la razón que sea a quien antes les apadrinaba ya no les interesa, esos lazos familiares ya no sirven, se quedarón sin contrato y todo está tan quieto que en un tiempo no puede haber más alegrías que las de la ebriedad, esos sinsentidos en lo que quedamos convertidos los seres humanos cuando el alhocol ocupa el espacio de nuestra sangre, nuestras observaciones son infantiles, pero irrevocables porque Dios ya no cree en nosotros.
Como una luz que se enciende y se apaga, así es su seguridad, un angel a ras de techo. Para Santa las cosas no son insolubles, da lo mismo que las flores vengan de la floristeria o del muerto de al lado. Y qué si se pierden las cenizas, por perder , lo ha perdido todo. Lo suyo no son horas muertas, son margaritas sin jarrón que quizá un día muy en el futuro luzcan en una corona.